miércoles, 15 de junio de 2011

Enfermedades Digestivas y Obesidad

La obesidad está claramente relacionada con la aparición de enfermedades del tubo digestivo y del hígado. La colelitiasis es notablemente más frecuente en la mujer obesa, hasta el punto de que se han incluído como factores determinantes la presencia de cuatro ítems: mujer, multípara, obesa y añosa (Las cuatro F de Bernstein: female,fertility, fat and forty24. Esta situación se relaciona con un aumento en la excreción biliar de colesterol, junto a un deficiente funcionamiento de la vesícula biliar.

Conviene recordar en este punto, que las pérdidas aceleradas de peso que acontecen tras la prescripción de dietas muy bajas en calorías (VLCD), comportan un incremento de riesgo para la aparición de barro biliar y litiasis.

El hígado graso es otra constante prácticamente presente en la mayoría de los obesos. En un trabajo reciente de Felli et al, han encontrado que el 30% de los sujetos estudiados con el diagnóstico histológico de hígado graso no relacionado con la ingesta de alcohol, sin fibrosis ni hepatitis, tenía como único factor de riesgo el exceso de peso.

Afortunadamente, en la obesidad la esteatosis hepática suele ser un proceso benigno que cursa con aumentos moderados de las transaminasas sin llegar la mayoría de las veces a la hepatitis y/o cirrosis. Así mismo, junto a la ingesta de alcohol y del tabaquismo, la obesidad se erige en un factor de riesgo para padecer reflujo gastroesofágico, por mecanismos aún del todo no bien dilucidados.

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